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Fue descubierto el yacimiento Cantarell en 1958 por un pescador
17:54   LOCAL CARMEN
El campo petrolero Cantarell, localizado en la Sonda de Campeche en el Golfo de México, lleva el apellido del hombre que lo descubrió, Rudecindo Cantarell. Comenzó operaciones en 1979.

cantarell
 
 
Desde Ciudad del Carmen, Cam., mayo 6 (COMUNICA).- El campo petrolero Cantarell, localizado en la Sonda de Campeche en el Golfo de México, lleva el apellido del hombre que lo descubrió, Rudecindo Cantarell. En 1983, la revista Proceso en su número 353 (pp. 18 y 19) publicó una entrevista donde el pescador originario de Isla Aguada, entonces residente en Ciudad del Carmen, narra su experiencia. A continuación reproduzco un fragmento. Cantarell murió a los 83 años de edad en mayo de 1997.

“Era el año de 1958, cuando vi una mancha en el mar. Y la volví a ver y la volvía a ver; así, todos los días que bajaba por ahí. Entonces me llamó la atención y un día me fui directamente al aceite. Vi que salía una enorme burbuja que se extendía en la superficie. Yo no sé qué pueda ser esto, me dije en principio. Después me dio por tirarle el equipo de pesca, pensando que era un barco o algún chalán hundido, pero el fondo salió limpio. Creí que era petróleo y se me quedó la idea. Un día le dije a mi señora: Oye, creo que hay ‘chapo’ en el Carmen, es decir, petróleo crudo.

Así pasaron algunos años y en cierta ocasión que había pescado como una tonelada de huauchinango en las piedras del Ixtoc, a unas 20 millas de aquí, me fui a venderlo a Coatzacoalcos. Allí me encontré a unos amigos camaroneros y luego de unas cheves les comenté que había encontrado petróleo.

Yaaaaa, me decían, pues no lo creían, pero ante mi seriedad se convencieron que debería reportarlo a los ingenieros petroleros. Y así lo hice”.

He aquí el relato de su informe:

- Ingeniero, parece ser que ahí por donde trabajamos en la sonda de Campeche hay una chapopotera y hasta parece que uno se encuentra en una gasolinera, porque cuando el viento está de este lado se huele mucho a gasolina. Yo creo, sí señor, que es petróleo. ¿Será señor?

- Pos yo creo que sí, usted dirá…
Fue así como Cantarell dio aviso al ingeniero Javier Meneses, entonces superintendente de exploración de Pemex en Coatzacoalcos. Y no fue sino hasta el 1º de marzo de 1971 cuando esa oficina envió a los ingenieros Serafín Paz y Mario Galván a Ciudad del Carmen para entrevistarse con don Rudecindo y observar el “chapo” reportado.

1971: Un pescador campechano, Rudecindo Cantarell informa a PEMEX el descubrimiento de una mancha de aceite que brotaba desde el fondo del mar en la Sonda de Campeche. Ocho años después la producción del pozo Chac marcaría el principio de la explotación de uno de los yacimientos marinos más grandes del mundo: Cantarell.

En Cantarell trabajan dos mil 256 personas; de éstos, en tierra laboran 395 y mil 861 lo hacen en mar. Se llevan a cabo actividades de perforación de pozos, bombeo y estabilización de crudo; separación, compresión, deshidratación y endulzamiento de gas. Contiene el 40% de las reservas nacionales.

Máximo histórico de producción, dos millones 313 mil barriles de crudo (16 de noviembre de 2003).
Cuando Rudesindo Cantarell se subió al ADO en Ciudad del Carmen, llevaba una bolsa de plástico en las manos que guardaba como si fuera un tesoro.

Esa noche, el ADO tomaría la última panga para emprender el viaje hacia Coatzacoalcos, y llegar amaneciendo. Cantarell no podía dormir, estaba molesto, inquieto, harto de dar vueltas.

El pescador de camarón buscaba a quién culpar de su tragedia; hacía tiempo que unas manchas de aceite arruinaban la red de su barco y empezó buscando cual de sus compañeros pescadores tendría un motor con fugas.

En Ciudad del Carmen su primer impulso fue preguntar en las dos o tres gasolineras de la isla “¿Quién carajos podría estar derramando crudo en el mar?”
La respuesta fue unánime: “Pues Pemex, anda vete a la Gerencia de la Zona Sur y reclámales.

Cantarell ya había hecho un viaje a Coatzacoalcos explicando su situación. En alguna oficina de ventas lo medio orientaron. Pues la única dependencia que maneja crudo es Producción Primaria, así que reclámales a ellos.
 
Así llegó Cantarell con su reclamo, enojado, molesto porque le habían pedido que llevara una muestra de la red dañada: A ver, Rudecindo, traiga un pedazo de red con el chapopote- le habían indicado, con más ganas de quitárselo de encima que otra cosa.

Estaba tempranito esperando en la recepción de la Gerencia, calculando cuánto le cobraría a Pemex cuando finalmente lo llamaron.

- Rudecindo, aquí unos geólogos de la superintendencia de exploración quieren platicar con usted.

Cantarell se metió a la oficinita con un par de geólogos, a los que les platicó esa historia que ya estaba cansado de contar: Su paso frecuente por la zona con las manchas de aceite y el burbujeo, los daños a sus redes que quedaban a veces inutilizadas, y como epílogo, sacó de su bolsa de plástico el pedazo de red manchada con petróleo.

Los geólogos escuchaban atentamente al pescador y, con un gran mapa, trataban de ubicar la zona de interés, mientras un técnico de laboratorio llevaba el pedazo de red para hacer un análisis rápido.

Cuando el técnico regresó, Cantarell devoraba una gigantesca torta que le habían mandado comprar, y mientras calculaba cuanto dinero le iba a cobrar a la paraestatal, sonaba un teléfono en el 4º piso de uno de los viejos edificios de Marina Nacional.

- Sí. Confirmado, es aceite de unos 28 grados API.

- Sí señor, de inmediato. Don Rudesindo, le vamos a dar el aventón a Ciudad del Carmen, sólo que le vamos a pedir que nos lleve en cuanto se pueda en su barco al lugar donde se le dañó la red.

Cantarell aceptó a regañadientes y sólo después que le prometieran el pago de la red y el combustible que iba a gastar en el paseo. Lo demás es historia.

Primero el pozo Chac, luego el Akal, y al probar el tercer pozo, se confirmaba el descubrimiento del megayacimiento, el mayor que jamás se había encontrado en el mar, en todo el mundo.

Rudecindo Cantarell se hizo de planta en Pemex. Paradójicamente, su puesto fue de técnico laboratorista de exploración, un trabajo en el que nunca se sintió feliz, añorando aquellos viajes donde pasaba semanas en el mar, soñando quizás en ser famoso.

RV/CH