Duda no hay alguna / Editorial

El inicio del nuevo año llegó como se esperaba en los 17 estados de la república que tendrán un fuerte ejercicio electoral. La Jornada Electoral del 7 de junio renovará 9 gubernaturas, 641 diputaciones locales, 993 alcaldías, las 16 jefaturas delegaciones en el Distrito Federal y las 500 curules de la Cámara de Diputados. La lucha de los partidos por conservar, recuperar o alcanzar, según sea el caso, gobiernos estatales y municipales hace sumamente compleja la contienda. Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora tendrán elecciones para gobernador; de entre ellos, según analistas políticos de reconocido prestigio, Guerrero y Michoacán presentan un panorama sumamente difícil para los partidos de izquierda, mientras Campeche y Colima se seguirán perfilando bajo la tutela del tricolor.

Los partidos y coaliciones políticas en Campeche ya han nombrado a sus precandidatos a la gubernatura del estado. El precandidato del tricolor, Alejandro Moreno Cárdenas, con una mezcla de energía, juventud y arrojo comunitario, se perfila como el más difícil, si no el único, adversario a vencer en los comicios del próximo 7 de junio. Expresidente de la Comisión de Gobernación de la LXII Legislatura federal y entusiasta defensor de las reformas fiscal y energética, medirá fuerzas, si acaso,  contra Layda Sansores del Movimiento Regeneración Nacional, y el panista Jorge Rosiñol Abreu, los otros contendientes son Fernando Imperiale Gracia del PRD, Angelino Caamal del PANAL y José Luis Góngora Ramírez del PT, sin olvidar al aspirante de la candidatura independiente Luis Antonio Che Cu. Pero “Alito”, como campechanamente le llaman al joven priísta, tiene las tablas suficientes para lanzar el ¡Viva México!, desde el balcón de Palacio de Gobierno el próximo 15 de Septiembre.

Se avecina una descomunal guerra político electoral en redes sociales sobre la cual no hay normatividad alguna. La escalada continua de tecnologías de comunicación ha estimulado en los seres humanos el deseo de estar informados sobre los últimos acontecimientos ocurridos en su localidad y en el mundo entero, sean estos del rubro que fueren. La inmediatez en la difusión de noticias ha construido a la par lo aplastantemente efímero de ellas y por tanto su caducidad es también inmediata. Las intromisiones sin oficio periodístico tienden a enrarecer el ambiente en el que se desarrolla la noticia; causas y efectos se hacen confusos, el “teléfono descompuesto” incurre en protagonismos infundados que distorsionan los hechos y el periodismo se ve afectado totalmente en su obligación, y derecho, de informar con veracidad a la ciudadanía, a los individuos, a las comunidades. Este ejercicio de obtener información y difundirla completa y verazmente debe ser una exigencia del pueblo y una obligación de los entes públicos y privados, particularmente de los medios informativos, las dependencias de comunicación social, los voceros de las empresas privada y pública.

Los casos de Ayotzinapa, Dragon Mart y Florence Cassez son ejemplos a la mano. Estos se perciben confusos, atarantados, un juego del gato y el ratón en el que no percibimos quién es cuál; apenas distinguimos el malabar del juego. La PGR anuncia el cierre de las líneas de investigación por los 43 desaparecidos pero no cierra el caso pues aún espera los resultados de exámenes de ADN en Europa (¿?). Profepa clausura “totalmente” la megaobra de Dragon Mart en Cancún por daños al medio ambiente pero deja abierta la puerta jurídica a la empresa para impugnar la orden (¿?). Florence Cassez demanda a exfuncionarios federales y a Televisa por daño moral, resultado frívolo de un reporte ministerial y una resolución jurídica también frívolos. En los tres casos hay dinero de por medio, todos frívolos también, los padres de Ayotzinapa no quieren dinero del gobierno sino tener pruebas fehacientes de lo que le pasó a sus hijos; Dragon Mart debe pagar 22 millones de pesos de multa -una bicoca para el corporativo-, paga y continúa; la Cassez exige 36 millones de dólares porque la “ven feo” en su país, y en el nuestro los reclamos por daño moral duermen en la obra dramática de Calderón de la Barca: “… la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.

El pueblo griego quiso despertar de la pesadilla que lo llevó a una austeridad económica “humillante” y eligió en las recientes elecciones parlamentarias a Alexis Tsipras, líder de la formación izquierdista Syriza, como su nuevo Primer Ministro para renegociar la enorme deuda que tiene el país con sus acreedores. Tsipras ganó afirmándose en “la Grecia del trabajo, del conocimiento y de la cultura, en la Grecia que lucha y tiene esperanza". Los discursos políticos son iguales en la política de cualquier parte del mundo; pero son los resultados los que hacen la diferencia, y en estos resultados el protagonismo lo enarbola la política económica. Por lo pronto el triunfo de Tsipras estremeció los mercados internacionales de la eurozona. El gobierno de Peña Nieto fue reconocido ampliamente al inicio de su gestión por concretar en un Pacto por México, que ya no existe, las reformas constitucionales que el país necesitaba; actualmente, la falta de una decisiva puesta en marcha de estas reformas y los hechos violentos de los últimos meses, hace caminar al ejecutivo federal sobre una alfombra de resbaloso musgo económico y, por ende, social y político. Quizá sea necesario y prudente algunos cambios en el gabinete presidencial. Las elecciones federales intermedias y las locales han arrancado y serán una lectura casi oficializada de lo que veremos en el 2018.