El portal digital del diario El Comercio de Ecuador publicó este martes que “los mensajes garabateados por la pintora mexicana develaron nuevos detalles de la histórica y fascinante relación que ella mantuvo con el muralista”.

“Más allá de los significados obvios y literales que se expresan en las cartas de Frida, las letras usadas para redactar las epístolas encubren características particulares de la personalidad de quien escribe y sobre la apasionada relación”.

Fue el grafólogo Marcelo Vásconez quien analizó una carta escrita por la pintora y halló, entre otras cosas, su profunda pasión por Diego Rivera y su atracción hacia las mujeres (ambas muy conocidas).

Marcelo dijo que, tras estudiar minuciosamente los trazos en la caligrafía de Frida, encontró en varios de ellos características que “dan fe de su alcoholismo”. Hay palabras y pensamientos que van de la mano con los resultados del análisis grafológico, y que llevan a concluir que “la pintora idolatraba a Rivera”.

 

“La conclusión es triste y determinante. Frida y Diego, ella masoquista, él sádico, estaban hechos el uno para el otro. Sus inconscientes, sus mentes, estaban diseñadas para atraerse y complementarse. Las pruebas están grabadas en puño y letra”, de acuerdo con el análisis realizado por el grafólogo.

La vida amorosa de esta mítica pareja estuvo marcada por altibajos, hasta que en 1935, después de haber vivido en Detroit, Frida descubrió que su marido mantenía una relación con su hermana pequeña, Cristina Kahlo. Aunque Frida había tolerado hasta entonces las infidelidades de Diego, descubrir que la engañaba con su propia hermana la hundió en la depresión. A partir del suceso tomó una decisión: seguirían juntos pero su matrimonio sería una relación abierta en la que  cada uno podría tener otras parejas. Frida comenzó a mantener relaciones no sólo con hombres, sino también con mujeres, lo que despertaba los celos de Diego Rivera, quien, como casi todos los infieles, justifica su comportamiento pero no tolera el de los demás.